jueves, 15 de julio de 2010
Pensemos en Generaciones y no en Elecciones, Señor Rajoy
Mariano Rajoy se destapó sólo: "Yo no he cambiado. Lo mismo que reclamaba hace un año, lo reclamo ahora". Sabemos todos de que habla, ¿verdad? De la dimisión de Zapatero o la convocatoria anticipada de elecciones. Hablamos del único interés que tiene el Partido Popular: salir victorioso en las Elecciones; puede cambiar el entorno en el que vivimos, el contexto en el que se desarrolla la vida de un país, pero Mariano Rajoy sólo vive en su mundo de desgaste para alcanzar, sí o sí, la Moncloa. Pero, señor Rajoy, si usted cree que el proyecto de los socialistas está acabado, ¿por qué no presenta una moción de censura? Le apunto la respuesta... porque usted no tiene proyecto alguno, porque ante las ganas de cambiar de gobierno son dos los factores determinantes, uno, que se presente una moción de censura, y dos, que esa moción de censura sea apoyada por las fuerzas políticas necesarias para sacarla adelante. Como usted no cuenta con el apoyo de las demás fuerzas políticas ya que no tiene proyecto alguno en el que esas fuerzas políticas vean alternativa, pues ya no sabe que hacer para derrocar a Zapatero y escoge el camino más corto, el que más es proclamado por su bombo mediático, es decir el de pedir unas elecciones anticipadas que, bien sabe, no es el gesto más adecuado cuando están en marcha varias reformas, nuy duras por cierto, y sin el apoyo del PP como siempre.
Yo me quedo con una afirmación del Ministro de Educación el pasado viernes en Úbeda: "No debemos pensar en Elecciones, más vale pensar en Generaciones, en cuidar Generaciones y trabajar para las Generaciones. El que piensa en Elecciones pierde las Generaciones, quién trabaje para las Generaciones seguro que gana las Elecciones".
jueves, 1 de julio de 2010
La Reforma de la Responsabilidad
Cuando nos acercamos al mercado de abastos en busca de una buena fruta, nos colocamos frente al mostrador y observamos; en ese momento ya estamos analizando qué piezas tienen mejor aspecto para echarlas a nuestra cesta de la compra. En cambio, si vemos unos melocotones tocados, con el ‘tufo’ casi podrido, inmediatamente los descartamos y por nada del mundo los vamos a echar en nuestro carro. Hablo con este ejemplo gráfico del producto más polémico de los últimos días: la reforma laboral.
Pues bien, pongamos que el cliente que ha llegado a la frutería es el Partido Popular y que inmediatamente ha visto esos melocotones tocados. Para el PP esos melocotones están podridos, pero no se atreven a decirle al frutero que no son de buen gusto ya que el PP tiene una carnicería en la que compra el frutero y por tanto perdería un cliente. El PP se lleva los melocotones, critica el aspecto de estos con otros clientes a espaladas del frutero y los termina tirando a la basura.
Llega otro cliente, mira los melocotones y comprueba su mal estado, se lo comunica al frutero y éste, con gesto de malestar procede a retirarlos del mostrador. Este cliente, hablamos del PSOE, tiene una panadería a la que el frutero cliente habitual dejar de ir durante unas semanas por su malestar, mientras es habitual su compra en la carnicería (PP).
Hoy el frutero se ha cambiado de carnicería y después de dos semanas vuelve a comprar el pan en la panadería (PSOE) de siempre. Y es que el frutero se cruzó en la carnicería (PP) con sus clientes habituales, los cuales habían dejado de comprarle porque el carnicero (PP) les había hablado mal de sus productos.
La panadería (PSOE), a la cual ya no acudía nadie, está llena de gente, la frutería ha recuperado su clientela y el carnicero (PP) está solo porque quiso engañar al frutero y habló mal de este.
Moraleja
El PP sabe que la reforma laboral es necesaria pero no ha hecho ni una propuesta. No se atreve porque sus propuestas perderían apoyo social, prefiere esconderse detrás de la abstención que compra los melocotones para echarlos a la basura mientras el PSOE se enfrenta al problema pese al coste político que esto pueda tener. Sólo existe una diferencia entre una y otra postura: la RESPONSABILIDAD.