lunes, 27 de octubre de 2008

Confusión del poder

El calendario indica que vivimos lejos de aquéllos años en los que la más cruel derecha sembraba el pánico en nuestra española sociedad. Sí, en el pueblo todo parece volver atrás, es como si este sistema que llamamos, arbitrariamente, "democracia" hubiera dado la oportunidad de renacer al periodo más oscuro de la España contemporánea.
Y es que, aunque el sistema democrático lo tildamos de ideal, no siempre ejerce en torno a la perfección. Hace ya 17 meses que el pueblo, después de hablar en las urnas, sufrió durante 14 días la "indecisión" de una persona que respaldada por 122 personas tenía la responsabilidad de encaminar el futuro de todo un pueblo. Pues bien, ahí germinó el problema de esta historia, esta señora entusiasmada en el proyecto del Partido Popular, que le dio un cheque en blanco, optó por adjuntarse a un proyecto carente de ideas y convirtió en alcalde, más por motivos personales que por sociales, a nuestro Francisco. Para resumir este inicio del fin, apunto que Siles por primera vez tenía "dos alcaldes", con un sueldo de 4.100 euros mensuales.
Un año y medio más tarde, me pregunto: ¿Dónde está la señora Olivares? Sí, esa persona que prometió ser la árbitro de la actividad municipal durante estos cuatro años; esa persona que en su día no apostó por un partido que estaba apoyado por la mayoría de los sileños con más de 700 votos, sino que llegó a la política con el único fin de llenarse los bolsillos y vaciar el de todos los sileños y sileñas; porque, ¿dónde estaba la señora olivares cuando el Partido Popular subía en 15 meses los impuestos casi un 8 por ciento?¿Dónde estaba la señora Olivares cuando nuestro Francisco construye una calle privada para él en un parque público? ¿Dónde estaba la señora Olivares cuando se ceden 500 metros cuadrados de terreno municipal a un particular? Loli, si usted dijo que sería la juez, el observador imparcial, ¿por qué no lucha para que todos los sileños y sileñas tengamos una calle privada, un solar de 500 metros cuadrados o tengamos que pagar los 4.100 euros que usted y Francisco nos cuestan al pueblo de Siles?
Con la llegada de dos "alcaldes", ambos prometían más trasparencia, más democracia, más control de la política municipal; en principio todo esto parece racional, dos al servicio del pueblo, doble de servicios para el mismo, pero esto no es así. ¿Alcaldes? Sólo hay uno, ya que la señora Olivares es una concejala más del Partido Popular con un seguro mensual de 1.800euros; a las pruebas me remito y como no, a los plenos y gestión también, ¿dónde está su programa, y sus propuestas? Apenas tiene voz en los plenos, las pocas veces que habla es para asentar la decisión del PP; y qué decir del voto si no se ha atrevido a utilizarlo ni en las decisiones más desproporcionadas del PP cuando sube a los sileños un 5 por ciento los impuestos. De todo esto concluimos que alcalde sólo hay uno y menudo es él.
Persona ésta, que gracias al ansia de poder y dinero de la señora Oivares, se encontró con un puesto que le venía demasiado grande, pero ahí estaba él, con su genio y abuso de autoridad ha tirado de memoria histórica para reafirmarse como el rey de reyes. No le ha importado gastar el dinero de una Fundación para despedir a todo el que huele a socialista, y ni mucho menos el de un ayuntamiento; ha paseado el poder por el pueblo, cuando éste el dueño de ese poder; ha utilizado medios de comunicación públicos para cargar contra todo aquél que no siga su camino, al más puro estilo Queipo de Llano. Resumiendo, este Francisco se ha equivocado de tiempos, muestras son, que puedo escribir estas palabras para denunciar su actitud y ni la mayor de sus iras podrá acabar con la libertad de expresión que esta democracia que vivimos nos brinda.

"Otros tiempos fueron mejores"

Un saludo.

martes, 14 de octubre de 2008

La patria que nadie quiere

Cuando llega la segunda semana de octubre, como ocurre año tras año, se vuelve a abrir el debate "nacional"; unos parecen que temen que llegue el 12 del décimo mes, otros, en cambio, desean sacar a relucir un sentimiento que se creen propio y que lo relacionan con la derecha y su más allá. Pues bien, este año se presentaba el día de la Fiesta Nacional con las palabras calientes del líder de la oposición, Mariano Rajoy: "Mañana a aguantar el coñazo del desfile". ¿Os imagináis la que se hubiera montado si nuestro Presidente Zapatero hubiera pronunciado esas palabras? La más cruel derecha de nuestro país hubiera pedido, como mínimo, el destierro de José Luis. En cambio, pasados unos días, esas palabras en boca de Mariano, ya ni parecen haber existido; y es que su camino hacia la victoria electoral pasa por conquistar el centro, y que mejor manera que aprovechar días de euforia en la, fiel, derecha más radical, para hacerle un guiño a los españoles más moderados. Y es que para mí, las palabras de Mariano no fueron un despiste del técnico de sonido, sino el inicio del camino hacia el centro democrático donde le espera con los brazos abiertos y la idea de aterrizar en Moncloa, Ruiz Gallardón. En fin, qué miedo nos da la patria, que miedo su celebración. Parece que tenemos que huir del sentimiento de ser españoles, que eso sólo es de "fachas" y "peperos", si queremos acertar en esta vida. Parece que las elecciones las ganan aquellos que deshonren cuanto más puedan a su país, a su bandera. Y es que estamos convirtiendo un sentimiento, en un arma electoral, que no hace más que dividir; cuando patriotismo no es nada más que el afecto que se tiene a tu tierra; y si alguno dudara de la esencia de este concepto podemos contar con datos más que objetivos: no creo que durante el minuto más visto de la historia de la televisión, durante el España-Italia de la pasada Eurocopa, socialistas, comunistas, y conservadores moderados tuvieran apagada su televisión. Eso sí que fue un sentimiento común y nacional, vamos que podemos denominar como patriotismo, y no denominar como tal a la acción de ondear banderas en una plaza insultando a simpatizantes socialistas porque estos habían perdido unas elecciones, eso sí que NO es patriotismo. Y, bueno, qué decir de los militares españoles que pasan largas estancias fuera de nuestro país representando nuestros colores, ¿es qué nuestros soldados son todos de la rama conservadora? Os aseguro que no, y es que conocidos simpatizantes del PSOE, orgullosos de su labor y del país que representan, realizan labores de reconstrucción en Afganistán.

Por cierto, las sandeces las dice Rajoy y en el desfile abuchean a Zapatero, el mundo al revés.

''Y sí, yo me "tragué" el desfile.''

Un saludo.