miércoles, 11 de febrero de 2009

El PP se rompe, el PP corrompe

En las últimas semanas estamos asistiendo a uno de los mayores escándalos políticos del nuevo siglo; consecuencia: El Partido Popular se rompe. Es curioso que un partido que ha culpado al Gobierno en la pasada legislatura de romper España, no se haya dado cuenta de que lo que en realidad se rompía, y se corrompía, era la derecha.
Parece que la democracia quiere hacerse un hueco en la alianza de los populares, que las diversas derechas quieren reivindicarse y hacerse con un poder, que en este partido, no se sabe de quién es. Signo de que algo está cambiando en el Partido Popular es que ni su fundador, Manuel Fraga, quiere saber de los escándalos que ocurren a su alrededor. Y es que este señor lleva razón en lo que resaltaba el otro día: "En mis tiempos esto no ocurría" Yo deduzco que no es que no ocurriera por el mero hecho de que la sociedad no conociera hechos de este calibre, sino que el monopolio de la información que obstentaba el Régimen anulaba cualquier actividad que afectara al mismo o fuera contra él. Pero ahora son otros tiempos, estamos en 2009, más de 30 años de democracia, y fruto de ello hemos creado un gran sistema de medios en el que tienen cabida todas las voces sociales, institucionales y políticas; y se ha creado un sistema judicial que permite castigar a aquéllos que abusan de lo ilegal y por tanto cometen delito. Digo esto porque la derecha en España no se habitúa a la democracia, a la libre circulación de información, y sobre todo, lo que aún no comprende es ese derecho que tenemos a la libre expresión. La semana pasada, en plena crisis de espionaje en el cuartel general de los populares en España, Madrid, saltó la noticia de la trama de corrupción que ha imputado a dirigentes del Partido Popular en Madrid, y en Valencia, el otro cuartel general de la derecha. La derecha ya no sólo se rompe, sino que también corrompe.
Ante esta situación de corrupción y espionaje, y sin un líder sólido, la derecha quizá este pasando por uno de los momentos más tensos de su historia democrática. No saben lo que ocurre, no conocen al que acompañan pero el que los acompaña los intentará conocer; no saben de medidas sociales pero si saben como llenarse los bolsillos a costa de la sociedad; en fin, estamos ante un partido en crisis que quiere optar a gobernar una situación de crisis: el que no sabe solucionar ni la situación de su partido quiere solucionar las graves consecuencias de un mercado global que tanto defendió en su día nuestro neoconservador, José María Aznar. Rajoy, tú que entiendes de curas ya sabes que antes de monje hay que ser monaguillo.